Una posada virtual para niños y niñas migrantes.
- EDNA ROCIO AROCA PATINO
- May 4, 2021
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Autor del artículo: Marisol López
Fecha de publicación: 22 diciembre 2020

Palabras clave: Migración, posadas, Universidad Anáhuac, Fundación Pablo Landsmanas.
Una tradición decembrina popular de los países centroamericanos es la organización de posadas donde las familias comparten comida, actividades y sobretodo juegos para los niños. La pandemia del COVID-19 parecía haber negado a muchas familias de este evento de unión y amistad, especialmente para los niños migrantes, que han sido separados de sus familias, y cuya situación se ha complicado. Pero con la alianza entre dos instituciones mexicanas, hubo esperanzas de que no terminara diciembre sin posada y sin sus familias y amigos.
La fundación Pablo Landsmanas y la Universidad Anáhuc tienen dos áreas encargadas del estudio y la resolución de la migración infantil, y colaboraron para traer posadas virtuales a los niños y adolescentes no acompañados de la Casa de Acogida Formación y Empoderamiento de las Mujeres Migrantes (CAFEMIN), un hogar para dar atención y educación a personas vulnerables como migrantes no acompañados, refugiados(as), y mujeres.
Dentro de estas instalaciones, reunieron a los niños siguiendo los protocolos de seguridad, partiendo piñata y dándoles cena. Este solo es una muestra del camino que la alianza de las instituciones quiere recorrer para apoyar a los niños migrantes no acompañados a futuro.
Para finalizar, el esfuerzo entre estas dos entidades para mantener esta tradición de amistad durante la pandemia es una demostración de solidaridad y desinterés que muchos deberían seguir, con el objetivo de poder unirnos más en el marco actual, con el objetivo de sacar una sonrisa a una infancia que parece privada de todo.
Esta estrategia para sacar lo máximo de los recursos virtuales en tiempos de crisis es una que no debe ser descartada o vista como simple entretenimiento, el mantener una buena infancia es parte del mismo proceso educativo, es esencial para el desarrollo de buenos estudiantes, solidarios emprendedores y sobretodo seres humanos. Esta intención es una que se podría aplicar hoy también en el marco de la inmigración venezolana en Colombia, reuniendo a los niños con sus familias por medio de la virtualidad, y ayudarles a su integración con los jóvenes de acá.
Sin embargo, las condiciones de las plataformas virtuales no siempre son las aptas para un desarrollo fluido de actividades, de la misma manera que las clases virtuales, estas pueden verse interrumpidas por deficiencias técnicas que no pueden ser manejadas por los organizadores. Esto requiere de alternativas para la virtualidad que no interfieran con estos eventos.
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